domingo, 21 de febrero de 2016

Y ahora todo cambió...

Yo que me creía olvidado, perdido en un mapa inacabado.
Sin saber que destino ansiaba o lo que mi alma anhelaba.
Yo que escapaba de todo y de nada, creyendo que mi luz estaba agotada.
Huyendo de los dolidos amaneceres y de los inmemorables atardeceres.

Caminaba sin rumbo, cansado de mi propio mundo.
A cada paso dejaba atrás recuerdos que no podía soportar más.
Lágrimas derramadas sobre las partes de mi corazón desgarradas.
Desesperanzador futuro sin un sueño, como un destino sin dueño.

Y ahora todo cambió...

Tú que apareciste igual que una sonrisa, lentamente y sin prisa.
Tirando del hilo invisible, moviendo un alma inamovible.
Tú que das color a los días que traen consigo dolor.
Pintando arcoiris, sobre charcos de lágrimas, con forma de arcos.

Llegaste a mi mundo para enseñarme de nuevo el rumbo.
Transformando cada uno de mis días en brillantes alegrías.
Uniste nuestros caminos compartiendo nuestros destinos.

Tú que llegaste para ser lo que mi alma anhelaba.
Yo que te encontré sin saber cuanto te necesitaba.


6 comentarios:

  1. Bello, llega dentro con sutileza! Felicidades Agustín!

    ResponderEliminar
  2. ¡¡Precioso!! El amor tiene el poder de cambiar nuestro mundo, y de transformar la lluvia en arcoíris. Me ha encantado.
    Un beso enorme, Agustín

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Chari!!
      El amor es poderoso de eso no cabe duda!!
      Me alegra que te gustara, un beso enorme.
      ;)

      Eliminar