lunes, 18 de enero de 2016

#BlueMonday

Hoy ha sido el día mas triste del año, también denominado Blue Monday. Seguramente lo habréis visto en las noticias o en vuestras redes sociales. La primera vez que oí hablar de esto fue el año pasado y no sé si es algo que  lleva siendo típico los últimos años o no pero no he podido evitar hacer un post sobre ello.

Lo primero, entiendo que señalen este lunes como el más triste del año por las fechas en las que estamos. No hace mucho escribía una entrada sobre la resaca navideña que sufrimos algunos tras pasar las navidades. Pero para mí yo no le daría el color azul a un lunes, para mi el lunes tiene el color rojo por muy triste que sea, el azul lo dejo para los viernes, que es un color más relajante.

Después está el hecho de que cada uno es un mundo y que para muchos todos los lunes del año son azules y para otros todo lo contrario. Ya sé que es algo genérico pero así como muchos se quejan otros muchos salen a defender que ellos son iguales hoy de felices que ayer.

Y por último el hecho de que da igual que otros digan que hoy sea el lunes más triste del año porque seguramente el mes que viene será el martes más alegre, el siguiente el miércoles más aburrido, seguido del jueves más tranquilo, el viernes más divertido, el sábado más fiestero y el domingo... el domingo que no lo toquen que es el día antes del lunes y ese es sagrado, sea el lunes azul o no.


Espero que hoy a pesar de todo fueseis felices y si no os deseo unos felices sueños antes de dormir.




jueves, 14 de enero de 2016

Correr bajo la lluvia.

Esta mañana, antes de que saliera el sol, he ido a correr como suelo hacer desde hace unos meses. He aprovechado antes de ir a trabajar para hacer mi rutina diaria con la mala suerte de que a mitad de camino me pilló una tormenta. Empezó a llover y no creáis que fue un chaparrón y ya, no, fue un diluvio en toda regla. Me caía agua por todos lados, llegué a pensar que el agua desafiaba hasta la gravedad.

Me puse la capucha mientras seguía corriendo e intentaba resguardarme bajo los árboles sin hojas inútilmente. Fue en ese instante cuando, empapado completamente, lo vi claro. No podía hacer que parara la lluvia, no podía parar de mojarme y si daba la vuelta habría salido a correr en vano. Así que me saqué la capucha, me revolví el pelo y seguí corriendo bajo la lluvia. Corrí sin detenerme y mientras corría una tonta sonrisa se formó en mi cara. Era liberador, no se explicar la razón pero me sentí bien, muy bien. Tal vez porque estaba haciendo algo contrario a lo que normalmente haría o tal vez no, no lo sé. Lo que sí he reflexionado después es que siempre intentamos resguardarnos de una tormenta que nos toma por sorpresa. Incluso cuando esa lluvia es interna, en un sentido metafórico, como la que describe Luis Fonsi en su canción Hoy llueve por dentro. Esa tristeza que nos empapa en los peores días aunque nos resguardemos, sin darnos cuenta que a lo mejor lo que debemos hacer es exactamente lo contrario. Que quizás lo que debemos hacer es afrontarla.

Así que mi consejo de hoy es el siguiente: 
Cuando os sorprenda una tormenta, ya sea por dentro o por fuera, no busques un sitio donde esconderte y sal a correr bajo la lluvia.

Empápate y disfrútalo, no temas mojarte, no temas sentirte triste, piensa en lo que te estás perdiendo porque esa lluvia lo impide y cree que al fin y al cabo no puede contigo, que tú eres más fuerte. Si lo haces, descubrirás realmente lo fuerte que puedes llegar a ser.


Este ha sido mi consejo de hoy, mañana por la mañana dan lluvias otra vez y seguramente vuelva a salir a correr, quizás vuelva a sentir lo mismo y mientras llueve yo sonreiré y en esa sonrisa pensaré antes de dormir.


sábado, 9 de enero de 2016

Resaca navideña.

Seguro que el título de este post no es ajeno para muchos. Después de estas fiestas en las que los protagonistas han sido los excesos, sin lugar a dudas, ahora toca el periodo de volver a la normalidad. Al menos todo lo normal posible. No sé cuantos excesos habréis cometido vosotros pero los míos no se quedan cortos.

Lo primero de todo la comida. Comidas interminables, cenas inagotables, con todos sus tipos de postres posibles, helados, inflados, licuados y cuajados. Y también las bebidas de todo tipo, desde el jerez del abuelo después de comer hasta el (los) cubata(s) del sábado noche.

Después está el asunto de las compras, sí, sí, las compras, no miréis hacia otro lado. En estas fechas tiramos de ahorros y pagas extra para permitirnos unos caprichitos, ya sean para nosotros o para nuestros seres más queridos, y siempre acabamos comprando algo más de lo que teníamos previsto.

Seguimos con los familiares y amigos, habrás estado una mayor parte de tu tiempo libre celebrando estas fiestas con ellos y aunque es maravilloso tener a tu lado a la familia a veces es más de lo que podemos soportar pero solo a veces, el resto del tiempo los seguimos queriendo igual.

Y por último están todos los buenos deseos, películas navideñas, historias y recuerdos que queriendo o sin querer nos hemos tenido que tragar en estas fechas.


Es una sobrecarga en tan poco tiempo la que sufrimos en estas fiestas y sin embargo...ojalá pudiéramos hacer que estas fechas fueran ETERNAS. Algo imposible porque seguro que no sobreviviríamos pero a pesar de los excesos, son las mejores fechas del año en mi opinión. Así que ahora pasaré unos días sufriendo la resaca navideña, intentando volver a la rutina, pero feliz porque ha merecido la pena y eso será en lo que piense las próximas noches antes de dormir.