sábado, 23 de abril de 2016

El libro y la rosa.

Durante la celebración del día del libro todas las mujeres deseaban que sus apuestos o no tan agraciados pretendientes apareciesen al doblar la esquina de la plaza con una rosa roja como la sangre dirigida para cada una de ellas. Todas excepto una.
Había una joven que no estaba interesada en rosas sino en libros. Deseaba que llegara algún día en el que alguien la sorprendiera con un libro que alimentase su incansable mente soñadora y no con una frágil y hermosa rosa. Harta de esperar que eso ocurriera un año decidió probar algo distinto. Tomó las ropas de su hermano y se disfrazó de hombre, ocultando su larga  melena rubia bajo una vieja gorra marrón. Salió a la calle tapando su níveo rostro con ayuda de la gorra al principio preocupada de que la reconocieran pero acabó descubriendo que la gente no suele fijarse en las personas que los rodean por la calle.

Avanzó hasta la plaza mayor y comprobó como las damas esperaban ya en la plaza a que sus pretendientes llegaran. Más de una escrutó a la joven nada más llegar pero no porque sospecharan sobre el secreto que guardaba sino por el interés en que el recién llegado fuera un posible pretendiente, algo que desestimaron al comprobar que no portaba ninguna rosa entre sus manos. La joven pensó que si a pesar de todo no la habían descubierto podría ir a más en su plan y así hizo. Compró una rosa y bajo la atenta mirada de algunas mujeres buscó alguna de ellas a la que regalársela. Todas iban vestidas con sus mejores trajes, maquilladas y peinadas de forma llamativa y exuberante. La joven no sabía que hacer, le interesaban los libros unicamente pero de repente se vio indecisa. Estaba tan desconcertada ante su incertidumbre y su falta de determinación que decidió abandonar la plaza sin entregar su rosa. Avanzaba tan apresurada y sin prestar atención a sus pasos que no vio a la joven que apareció frente a ella. Ambas chocaron cayendo al suelo y dejando caer también la rosa que portaba una y el libro que portaba la otra. La joven disfrazada reaccionó con rapidez y se disculpó por su torpeza cogiendo el libro de la otra mujer y ayudándola a levantarse. No iba vestida de forma tan elegante como las demás, pero sin saber el que exactamente algo llamaba la atención en esa chica. No era excesivamente hermosa pero si poseía una delicadeza que conquistó a la mujer. La otra joven se agachó con un lindo gesto para recoger la rosa, mientras alababa su hermosura y preguntaba si se la podía quedar a cambio del libro. Ella dudó un momento pero sabía que le iba a ser imposible negarse a cualquier cosa que ella le pidiera, porque en ese momento sin importarle el libro que sostenía entre sus manos, se dio cuenta de que no le interesaba. Mirando a su alrededor con cuidado advirtió a la joven de su condición y sus intenciones que la habían llevado hasta ese punto y ella le respondió con una hermosa sonrisa que no se preocupara, que si lo que buscaba era un libro que la hiciera soñar ella le regalaba el suyo sin problemas. Lo que la protagonista de este relato no esperaba fue que ese año además de recibir un libro que la hiciera soñar como nunca se imaginó, también encontraría una rosa que por fin la conquistó.


                         ¡¡¡¡¡ Feliz día del libro a todos !!!!!


jueves, 3 de marzo de 2016

Un sueño embotellado.

Érase una vez, en un fantástico mundo, un soñador sin sueños. Este soñador vivía atormentado pues todo el mundo le decía que no podía ser un soñador si no soñaba y él por más que lo intentaba nunca lo conseguía. Lo intentaba durmiendo pero su mente permanecía apagada. Después intentó hacerlo despierto pero jamás tuvo ningún anhelo. Su familia lo llevó a un curandero para saber que le ocurría al joven soñador y el curandero confirmó que el joven padecía una terrible enfermedad. Había nacido sin imaginación.

—Pero no es posible—replicó la madre del joven—. Al nacer me dijeron que era un soñador.
—Señora—empezó convencido el curandero—. Antes verá un sapo hablar que a su hijo soñar.

La familia, desconsolada, intentó buscar otro posible futuro para su hijo, puesto que no podría ser un creador de sueños si no tenía imaginación, pero no encontraron nada que al joven se le diera bien. Era un joven realista en un mundo de fantasía. Solo creía en lo que podía ver, tocar, sentir y nada de lo que decían que había a su alrededor era como el lo veía, lo tocaba o lo sentía.

Un día paseando por la playa encontró una botella de cristal sobre la arena, recién traída por las olas del mar. Abrió el tapón de la botella para mirar en su interior pero estaba vacía.

—¿Qué has hecho?
El joven se giró sobresaltado al escuchar la voz de una joven del cabello del color de la arena y los ojos del color del mar.
—Has abierto la botella y ahora el sueño que estaba ahí guardado se ha perdido.
El joven volvió a mirar el interior de la botella guiñando un ojo.
—Está vacía.
—Claro que lo está, al abrirla el sueño se ha escapado.
—Ya estaba vacía antes, no salió nada de aquí.
—¿Es que no lo has visto?

El joven lo negó, moviendo la cabeza, algo avergonzado. Tal vez fuera el color de sus mejillas al sonrojarse lo que hizo que la joven se enamorara de él en ese instante y aunque el joven seguía sin poder soñar eso no impidió que el también se enamorase de ella.

Vivieron una vida entera uno junto al otro y aunque el soñador no pudo nunca crear sus propios sueños su amada mujer los creó con él. Crearon una preciosa casa donde vivir. Crearon una hermosa y gran familia. Crearon una enorme finca donde criaron a sus hijos y donde malcriaron a sus nietos. Todo fue como debería ser hasta que un día la mujer, ahora con pelo cano y los mismos ojos azules que antaño, cayó muy enferma.

—Ojalá pudiera hacer algo por ti—decía el, ahora anciano, soñador.
—¿Más?—preguntó extrañada—. La gente dice que no eres un soñador porque no sueñas y sin embargo fuiste capaz de hacer todos mis sueños realidad. Créeme eres el mejor soñador de todos.
El anciano preguntó llorando a su mujer.
—¿Con que sueñas ahora?
—Sueño con el día que nos conocimos—dijo ella mirando la botella que años atrás encontraron en la playa y que ahora adornaba encima de la chimenea de su cuarto—. Sueño con conocernos de nuevo.


El anciano sonrió, se acercó a la botella y le hizo el último regalo a su mujer. Guardó ese sueño en el interior de la botella para que fuese eterno. Y así su pequeño deseo permanecería en el interior de esa botella, hasta que él la encontrase de nuevo.


lunes, 29 de febrero de 2016

Un día de cine.

 Hoy estoy agotado pero no podía irme a dormir sin escribir esta entrada. Este fin de semana lo he pasado intentando ver todas las películas nominadas a Los Oscars de este año y aunque el esfuerzo ha sido considerable me he quedado a dos películas antes de que empezara la famosa gala del cine americano.
He visto seis películas, entre las que se encuentra la ganadora que ha sido Spotlight, la cual a mi me ha parecido algo larga y aburrida pero tampoco soy un experto en cine. Sí que valoro que trate sobre un tema real, de tanta polémica y el cual han sabido tratar muy bien a lo largo de la película y supongo que eso es lo que la habrá hecho merecedora del máximo galardón este año. Sin embargo yo considero que La habitación o El renacido habrían sido mejores opciones.
Opiniones a parte os cuento que he pasado un fin de semana muy cinéfilo ya que este año Los Oscars me han cogido con “los pantalones bajados”, cuando otros años a estas alturas ya los tendría más que al día. Eso y entre que anoche me quedé pendiente de la gala y sus resultados han conseguido que hoy fuese un completo zombie durante todo el día. Lo único que me consuela es que este año, al ser bisiesto, tiene un día de más que coincidió justamente siendo hoy. Así que supongo que he aprovechado este día de más para gastarlo en una de las cosas que más me gusta que es el mundo del cine. Puede que no sea nada especial para muchos pero me hizo gracia la coincidencia.

Por lo tanto, a pesar del agotamiento y de haber tenido un día de regalo, hoy no podré pensar en otra cosa que en lo bien que he pasado mi 29 de Febrero, lo bien que lo he aprovechado y en la cantidad de momentos que el cine me ha regalado este año, antes de dormir.

P.d: Enhorabuena a Leonardo Dicaprio que después de tanto tiempo ya le tocaba!! :)


domingo, 21 de febrero de 2016

Y ahora todo cambió...

Yo que me creía olvidado, perdido en un mapa inacabado.
Sin saber que destino ansiaba o lo que mi alma anhelaba.
Yo que escapaba de todo y de nada, creyendo que mi luz estaba agotada.
Huyendo de los dolidos amaneceres y de los inmemorables atardeceres.

Caminaba sin rumbo, cansado de mi propio mundo.
A cada paso dejaba atrás recuerdos que no podía soportar más.
Lágrimas derramadas sobre las partes de mi corazón desgarradas.
Desesperanzador futuro sin un sueño, como un destino sin dueño.

Y ahora todo cambió...

Tú que apareciste igual que una sonrisa, lentamente y sin prisa.
Tirando del hilo invisible, moviendo un alma inamovible.
Tú que das color a los días que traen consigo dolor.
Pintando arcoiris, sobre charcos de lágrimas, con forma de arcos.

Llegaste a mi mundo para enseñarme de nuevo el rumbo.
Transformando cada uno de mis días en brillantes alegrías.
Uniste nuestros caminos compartiendo nuestros destinos.

Tú que llegaste para ser lo que mi alma anhelaba.
Yo que te encontré sin saber cuanto te necesitaba.


martes, 16 de febrero de 2016

10 días de vacaciones y un cubo de Rubik .

Hola a todos!!!

Acabo de regresar de unos días de vacaciones y debo decir que vuelvo con las pilas cargadas (a ver cuanto me duran). He aprovechado estos días para salir de la capital y hacer un viaje al sur de España, hacia tierras andaluzas y puedo aseguraros que ha sido todo un placer conocer aquellos lares.

Este viaje ha sido toda una aventura y debo reconocer que algo me ha cambiado. Creo que he vuelto más sabio, sí porque he aprendido un montón de cosas y me ha servido para darme cuenta de lo poco que sé en realidad aun. Así que quizás deba decir que vuelvo un poco más tonto de lo que pensé que era en realidad. También vuelvo con la mente despejada, desconectar de tus rutinas, de tus problemas o incluso de tus "no problemas" siempre ayuda. Vuelvo con un par de quilos de más, eso seguro, porque hay que ver las tapas que ponen en los bares allí abajo, así da gusto tomarse una caña. Y lo más curioso de todo es que me han enseñado a hacer un cubo de Rubik y lo mejor es que he aprendido a hacerlo!!

Resulta que uno de los amigos que fui a ver le apasionan, y una noche intenté resolver uno de los muchos que tiene decorando su salón y fui incapaz. Fue entonces cuando, con mucha paciencia por parte de mi amigo, me enseñó los movimientos (o algoritmos como él los llama) para resolverlo. Practiqué todos los días hasta que acabé aprendiendo todos los algoritmos de memoria y ahora ya tengo hasta mi propio cubo en casa.

Es esto lo que me ha inspirado para escribir esta entrada, no el hecho de que yo ahora sepa hacer un cubo de Rubik, eso es irrelevante para vosotros, o para la mayoría. Lo verdaderamente importante es que nunca es tarde para aprender algo nuevo y nunca sabes en que momento o en que lugar te puede pasar. Yo siempre fui de los que pensaban que nunca sería capaz de resolver un juego de este tipo y ahora resulta que hasta me contabilizo el tiempo que tardo en resolverlo....(Que no es por presumir pero ya estoy sobre los cinco minutos).

Así que tener vuestra mente siempre abierta a nuevas experiencias, no os cerréis nunca en banda a algo. Tal vez ahora no es su momento pero más adelante... ¿quien dice que no seáis capaces de hacerlo...?

Al fin y al cabo esto es lo importante porque son esas nuevas experiencias las que dan sentido a nuestra vida.

martes, 2 de febrero de 2016

Un momento inolvidable.

“Hay momentos que quedan grabados en nuestra memoria de por vida.”

Este fin de semana tuve una comida familiar con motivo de una ocasión especial, un cumpleaños. Fue una celebración que hacía tiempo que no realizábamos de forma tan entusiasta y que me alegró comprobar que eso no se había perdido en esta familia, el entusiasmo por celebrar algo, la alegría. Hubo comida, bebida, risas, discusiones de todo tipo y postres, postres y más postres.

Durante esa comida disfrute de la compañía de los familiares de toda una vida, añoré aquellos que ya no están con nosotros y di las gracias por los que llegan para ocupar un nuevo espacio en nuestras vidas. Y aunque ya estaba agradecido por poder disfrutar de un día así todos juntos, hubo un momento, uno que pasó desapercibido por todos menos para mí, que me hizo darme cuenta de la importancia de ese día. Fue como ver una película, una película muy breve, vi como cada uno de los que estaban allí presentes estaban realmente disfrutando de ese día, incluso los que discutían entre ellos parecían contentos por poder hacerlo. Suena raro pero ese momento quedó grabado a fuego en mi mente. El tiempo se detuvo para mi en un segundo en el que mi cerebro intentaba procesar la cantidad de emociones que había a mi alrededor. Emociones que no soy capaz de describiros solo con palabras. Una discusión trivial entre hermanos, las jóvenes cotilleando en el sofá, los mayores jugando a las cartas en la mesa, la gran mujer de la familia, la matriarca, con su copita de jerez mientras aconsejaba y mimaba a todo aquel que se le acercaba y lo invitaba a servirse otra copita con ella(como hizo unas cuantas veces un servidor).Eran tantas cosas juntas pasando en un solo instante que por un momento me sentí pequeño y grande al mismo tiempo.

No sé si todos también veis estos momentos de la misma forma pero yo me estoy volviendo adicto a ellos. Son momentos que no podemos buscarlos, ocurren sin más. Momentos que los demás no se dan cuenta de lo felices que son, o no le dan la importancia que tiene, aunque la tiene y mucha. Cosas sencillas que hacen de un segundo, un simple y efímero segundo, un momento inolvidable.


Así que esa noche, con la barriga hasta el tope de tarta, decidí escribir una entrada acerca de estos momentos porque fue ese pequeño instante en lo último que pensé antes de dormir.


lunes, 18 de enero de 2016

#BlueMonday

Hoy ha sido el día mas triste del año, también denominado Blue Monday. Seguramente lo habréis visto en las noticias o en vuestras redes sociales. La primera vez que oí hablar de esto fue el año pasado y no sé si es algo que  lleva siendo típico los últimos años o no pero no he podido evitar hacer un post sobre ello.

Lo primero, entiendo que señalen este lunes como el más triste del año por las fechas en las que estamos. No hace mucho escribía una entrada sobre la resaca navideña que sufrimos algunos tras pasar las navidades. Pero para mí yo no le daría el color azul a un lunes, para mi el lunes tiene el color rojo por muy triste que sea, el azul lo dejo para los viernes, que es un color más relajante.

Después está el hecho de que cada uno es un mundo y que para muchos todos los lunes del año son azules y para otros todo lo contrario. Ya sé que es algo genérico pero así como muchos se quejan otros muchos salen a defender que ellos son iguales hoy de felices que ayer.

Y por último el hecho de que da igual que otros digan que hoy sea el lunes más triste del año porque seguramente el mes que viene será el martes más alegre, el siguiente el miércoles más aburrido, seguido del jueves más tranquilo, el viernes más divertido, el sábado más fiestero y el domingo... el domingo que no lo toquen que es el día antes del lunes y ese es sagrado, sea el lunes azul o no.


Espero que hoy a pesar de todo fueseis felices y si no os deseo unos felices sueños antes de dormir.




jueves, 14 de enero de 2016

Correr bajo la lluvia.

Esta mañana, antes de que saliera el sol, he ido a correr como suelo hacer desde hace unos meses. He aprovechado antes de ir a trabajar para hacer mi rutina diaria con la mala suerte de que a mitad de camino me pilló una tormenta. Empezó a llover y no creáis que fue un chaparrón y ya, no, fue un diluvio en toda regla. Me caía agua por todos lados, llegué a pensar que el agua desafiaba hasta la gravedad.

Me puse la capucha mientras seguía corriendo e intentaba resguardarme bajo los árboles sin hojas inútilmente. Fue en ese instante cuando, empapado completamente, lo vi claro. No podía hacer que parara la lluvia, no podía parar de mojarme y si daba la vuelta habría salido a correr en vano. Así que me saqué la capucha, me revolví el pelo y seguí corriendo bajo la lluvia. Corrí sin detenerme y mientras corría una tonta sonrisa se formó en mi cara. Era liberador, no se explicar la razón pero me sentí bien, muy bien. Tal vez porque estaba haciendo algo contrario a lo que normalmente haría o tal vez no, no lo sé. Lo que sí he reflexionado después es que siempre intentamos resguardarnos de una tormenta que nos toma por sorpresa. Incluso cuando esa lluvia es interna, en un sentido metafórico, como la que describe Luis Fonsi en su canción Hoy llueve por dentro. Esa tristeza que nos empapa en los peores días aunque nos resguardemos, sin darnos cuenta que a lo mejor lo que debemos hacer es exactamente lo contrario. Que quizás lo que debemos hacer es afrontarla.

Así que mi consejo de hoy es el siguiente: 
Cuando os sorprenda una tormenta, ya sea por dentro o por fuera, no busques un sitio donde esconderte y sal a correr bajo la lluvia.

Empápate y disfrútalo, no temas mojarte, no temas sentirte triste, piensa en lo que te estás perdiendo porque esa lluvia lo impide y cree que al fin y al cabo no puede contigo, que tú eres más fuerte. Si lo haces, descubrirás realmente lo fuerte que puedes llegar a ser.


Este ha sido mi consejo de hoy, mañana por la mañana dan lluvias otra vez y seguramente vuelva a salir a correr, quizás vuelva a sentir lo mismo y mientras llueve yo sonreiré y en esa sonrisa pensaré antes de dormir.


sábado, 9 de enero de 2016

Resaca navideña.

Seguro que el título de este post no es ajeno para muchos. Después de estas fiestas en las que los protagonistas han sido los excesos, sin lugar a dudas, ahora toca el periodo de volver a la normalidad. Al menos todo lo normal posible. No sé cuantos excesos habréis cometido vosotros pero los míos no se quedan cortos.

Lo primero de todo la comida. Comidas interminables, cenas inagotables, con todos sus tipos de postres posibles, helados, inflados, licuados y cuajados. Y también las bebidas de todo tipo, desde el jerez del abuelo después de comer hasta el (los) cubata(s) del sábado noche.

Después está el asunto de las compras, sí, sí, las compras, no miréis hacia otro lado. En estas fechas tiramos de ahorros y pagas extra para permitirnos unos caprichitos, ya sean para nosotros o para nuestros seres más queridos, y siempre acabamos comprando algo más de lo que teníamos previsto.

Seguimos con los familiares y amigos, habrás estado una mayor parte de tu tiempo libre celebrando estas fiestas con ellos y aunque es maravilloso tener a tu lado a la familia a veces es más de lo que podemos soportar pero solo a veces, el resto del tiempo los seguimos queriendo igual.

Y por último están todos los buenos deseos, películas navideñas, historias y recuerdos que queriendo o sin querer nos hemos tenido que tragar en estas fechas.


Es una sobrecarga en tan poco tiempo la que sufrimos en estas fiestas y sin embargo...ojalá pudiéramos hacer que estas fechas fueran ETERNAS. Algo imposible porque seguro que no sobreviviríamos pero a pesar de los excesos, son las mejores fechas del año en mi opinión. Así que ahora pasaré unos días sufriendo la resaca navideña, intentando volver a la rutina, pero feliz porque ha merecido la pena y eso será en lo que piense las próximas noches antes de dormir.