jueves, 5 de marzo de 2015

El fin de la magia.

Antiguamente, el mundo conocía un tipo de magia que nunca más existió. El tipo de magia que te hace creer en seres fantásticos, de formas inimaginables, con increíbles dones y poderes.
Estos seres vivían en paz con las personas que carecían de magia. Los respetaban aunque algunos ambicionaban sus poderes.
Llegó el día en que un humano, aprovechándose del amor de la bella princesa mágica por su hijo, robó su orbe ancestral y esclavizó a los seres mágicos convirtiéndose así en su emperador. Lo que no sabía es que había dos formas de obtener magia, dominándola o siendo otorgada.
Los amigos de la princesa cedieron su magia al joven enamorado para otorgarle el poder para defenderse de su padre. El unicornio otorgó su cuerno como arma, las hadas sus alas, los gnomos su resistente piel como armadura y los duendes toda la suerte que poseían.
El joven derrotó a su padre y destruyó el orbe. Destruyendo así la magia y a todos los seres mágicos, incluidos él y su amada princesa, pero antes pidió un deseo al orbe.
—Que la magia vuelva cuando la humanidad la merezca.

Y la magia desapareció para siempre. O tal vez no.