Es sencillo, hay que
permanecer juntos. En lo bueno y en lo malo. Bajo la luz del sol o bajo la
lluvia. En el mismo sitio o en la distancia. Juntos cuando nos enfadamos y más
cuando nos perdonamos. Juntos como amigos, como compañeros o como amantes. También
como rivales, nunca como enemigos. Juntos en la soledad sin sentirnos solos
estando juntos. Juntos para agarrarnos de la mano si lo necesitamos, para
llorar si queremos desahogarnos o para reírnos y jugar como niños. Juntos para
apoyarnos, para animarnos y consolarnos. Juntos para hablar de todo sin
decirnos nada o para decírnoslo todo sin hablar. Mucho más que juntos para
abrazarnos o besarnos si lo deseamos pero sobre
todo juntos para querernos, siempre.
Una simple promesa inmutable
en el tiempo.
Sencillamente
juntos...antes de dormir.
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